Telesur
Desde tempranas cientos de civiles de Puerto Príncipe acudieron a la tercera jornada de una misa que se realiza en la Plaza de Marzo en honor a los más de 200 mil caídos por causa del terremoto. Con camisas blancas los haitianos levantaron sus manos para darle gracias a Dios por conservarles con vida. Se espera que este domingo se efectúe la última jornada de plegarias.
Cientos de haitianos se concentran este domingo nuevamente en diferentes lugares de país para clamar por esta nación y honrar a los más de 230 mil fallecidos que dejó el terremoto de 7,3 en la escala de Richter que devastó a Puerto Príncipe y varias ciudades cercanas.
Tal como sucedió el sábado, los ciudadanos se apostaron en la Plaza de Marzo, en las inmediaciones del palacio presidencial, desde las cuatro de la mañana y permanecieron hasta la puesta del sol.
Una de las participantes de la ceremonia, Jean Merey, aseguró al enviado especial de teleSUR, Jordán Rodríguez, que se encontraban en ese lugar debido a que "Dios nos pidió que regresáramos a Él para que en Haití haya un cambio".
Rodríguez reportó que los asistentes al acto enfatizaron la necesidad de permanecer unidos y mantener la fe para poder superar los múltiples obstáculos que enfrentan diariamente.
Se espera que para este domingo los ciudadanos arriben a Campo de Mayo desde las cuatro de la mañana para iniciar con la misa de agradecimiento a Dios por conservarles con vida.
Este viernes, con camisas y pañuelos de color blanco cientos de haitianos cantaron y pronunciaron oraciones, mientras honraban a los muertos que dejó el sismo. Madres sentadas con sus bebés en telas tendidas en el suelo, otros de pie, cantaban el ave maría.
Actualmente, un millón 200 mil personas sobreviven en calles de la capital, mientras el alerta aumenta tras la llegada la temporada de las lluvias que aumenta los peligros sanitarios. Las desesperadas familias exigen al gobierno una respuesta inmediata.
En este sentido, el secretario de Estado de Haití, Michel Chamcy, resaltó que toda la crisis económica que vive el país en la actualidad es resultado del fracaso del modelo neoliberal que reinaba desde hace muchos años; algo que, según el ministro, ha sido reconocido por instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional.
"Sin el trabajo agrícola, sin la riqueza producida por la transformación de los productos agrícolas, no se puede generar ninguna riqueza en un país pobre como Haití. La riqueza viene primero de la tierra. No tenemos petróleo, no tenemos diamantes, lo que tenemos es fuerza de trabajo, gente que quiere trabajar; y el campo es la primera riqueza. Las personas y las tierras", resaltó.
Reconoció que el modelo neoliberal condujo al desequilibrio que actualmente vive la ciudad y que ha dado como resultado una capital muy vulnerable, que es Puerto Príncipe, ahora destruida por su propio peso.
Poco después de la ceremonia de este viernes, el presidente de Haití, René Preval, afirmó desde los jardines de la Universidad Notre-Dame que "Haití no morirá, Haití no debe morir".
"Sequemos nuestras lágrimas para poder reconstruir Haití", manifestó el mandatario, quien invitó a su pueblo a enterrar a los muertos "con dignidad" y a tener "coraje".
Por su parte, el obispo haitiano, Joseph Lafontant, aseguró que "después del sismo, la amargura, el desprecio, los resentimientos sociales, los complejos más fuertes parecen haber perdido su peso".
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